5 ideas para el verano a pesar de la Urticaria Crónica

Las temperaturas aumentan, el sol brilla como nunca y las actividades al aire libre en la playa, piscina y terrazas están a la orden del día. Sí, ha llegado el verano y para muchos las anheladas vacaciones. Sin embargo, para un gran número de afectados de Urticaria Crónica esta sugerente visión puede que no sea tan idílica.

Padecer UC es difícil, muy difícil. Esta enfermedad afecta y altera todas las esferas de nuestra vida. En los casos en los que los síntomas no están controlados el día a día deviene un auténtico calvario. De hecho, algunos estudios señalan que esta afección tiene un impacto negativo en la calidad de vida mayor que el acné, la alopecia e incluso la lepra. Pero hoy no vamos a explicar la grave afectación que supone convivir con la UC. Hoy lo que queremos es proponeros unos tips e ideas para disfrutar del verano, de las vacaciones o del tiempo libre a pesar de nuestras limitaciones.

5 ideas vacaciones ilustración 400x4001. Más vale prevenir

Si vas a salir de viaje, te ayudará ser previsor. Visita con anterioridad a tu especialista para valorar tu evolución y comentarle todas las dudas que consideres. Lleva medicación suficiente para los días que vas a estar fuera. No olvides tu informe médico y recetas. Localiza previamente los centros sanitarios a los que podrías acudir en caso que fuera necesario. Planifica con tiempo tu destino. Si te afecta el sol y el calor, quizás no sería demasiado conveniente dirigirse a un lugar con elevadas temperaturas. Y lo mismo en caso de que el frío no sea tu mejor acompañante. Recuerda que algunos factores como ciertos medicamentos y algunos alimentos pueden agravar los síntomas. Ser previsor contribuirá a que te sientas más seguro y tranquilo en tus vacaciones.

2. Busca alternativas y evita el aislamiento

Los síntomas de la urticaria crónica aparecen de forma súbita e impredecible, por lo que a menudo hacer planes a días vista exigirá que los acabemos anulando. Ante todo ¡qué no cunda el pánico! Buscar alternativas es nuestra mejor solución. Si no podemos montar en bicicleta, dar grandes caminatas bajo el sol o acudir a esa quedada que tanta ilusión nos hace, siempre puede haber un plan B. Te será útil escribir una lista de todo lo que te gusta y podrías hacer. Si ese día no estás para salir, siempre puedes invitar a amigos o familiares con los que tengas confianza y te sientas a gusto, aprovechar para ver esa película que desde hace meses tienes pendiente, conectarte a internet y conversar con amigos o con otros afectados a través del foro o las redes sociales. Sobre todo, no te aísles. Somos muchos los que padecemos esta afección y en el foro, web y redes sociales seguro que encontrarás apoyo, comprensión e información.

3. Relax y más relax

El estrés se identifica como un posible factor que agrava y desencadena el cuadro sintomático. Tanto el estrés externo como el que genera la propia enfermedad constituyen un círculo vicioso difícil de detener. Disponer de tiempo libre es una oportunidad para tomarnos el día a día con más tranquilidad y flexibilidad. Es un buen momento para relajarnos, cuidar nuestros hábitos, desconectar de la rutina y, por qué no, aprender algunos recursos para manejar el estrés.

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4. Hidratación y fotoprotección

Las temperaturas altas, la sudoración, la humedad y la mayor exposición al sol requieren que ingieras más líquidos y con mayor frecuencia para reponer los que pierde el organismo. Procura vestir con prendas suaves, ligeras y holgadas que no te aporten más calor ni generen zonas de roce, ya que para algunos el contacto de la piel con la tela puede provocar la aparición de ronchas.

Protege bien tu piel del sol con protectores solares. Si no sabes cuál utilizar, el especialista te indicará el más adecuado según tu tipo de piel y fototipo. Ten en cuenta que algunos fármacos son fotosensibilizantes, como corticoides y antihistamínicos, por lo que se pueden desencadenar reacciones adversas con la exposición solar. Ante la duda, consulta el prospecto del medicamento y/o ¡pregunta al experto! Tu médico es quien mejor te orientará. Llevar un sombrero o gorro, protegerse bajo una sombrilla, permanecer en zonas de sombra y evitar la exposición durante las horas centrales del día son otras medidas a tener en cuenta.

5. ¡Vergüenza fuera!

Mostrarse ante la mirada de los demás, temer a lo que puedan decir o pensar, es una situación que genera estrés e inseguridad. Enfrentarnos a esta posibilidad cuando llevamos pantalones cortos o estamos en la playa y la piscina supone, para muchos, un grado de ansiedad que a menudo condiciona nuestras actividades. Si este tipo de situaciones te resuenan, ¡Stop, vergüenza fuera! Sí, tenemos urticaria crónica ¡¿y qué?! A veces, adelantarnos a los acontecimientos e imaginar que se pueden dar esas situaciones genera más ansiedad que la realidad de lo que ocurre. Por supuesto, es posible que alguien nos mire y es normal que no nos guste notar que se han fijado por la urticaria. Pensemos también que entre la población general existe mucho desconocimiento sobre la afección. Es por eso que desde la asociación damos tanta importancia a la divulgación y sensibilización. A medida que las personas conozcan y sepan qué es la UC, podrán comprendernos mejor y empatizar con nuestra situación.

Sobre todo, ¡no olvides en tu maleta lo más importante! Tener urticaria crónica no implica que no puedas disfrutar de la vida.

Sabemos que estos puntos no son un pasaje a unas vacaciones y a un verano de ensueño. ¡Ojalá! Pero si te hacen reflexionar y te recuerdan que eres mucho más que la enfermedad, ya es un primer paso.

¡Disfruta del verano!