Si te pica, no te rasques

Una investigación científica demuestra que si tienes picor y te rascas liberas serotonina, lo que genera más sensación de picor. Conclusión: mejor no rascarnos.

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Cuando te rascas estás engañando a tu cerebro puesto que los nervios de la piel envían señales de dolor (rascarse genera un leve dolor) en lugar de señales de picor. Esta reacción era ya conocida y, en este caso, el cerebro produce serotonina, un neurotransmisor, para controlar el dolor.

Un estudio de la Washington University School of Medicine en St. Louis[1] ha mostrado que la serotonina puede saltar de las neuronas sensibles al dolor a los nervios que influyen en la intensidad del picor, relacionando por primera vez serotonina y picor.

La investigación relizada en ratones concluyó que el picor y el dolor van por caminos que, aunque distintos, estan relacionados. Así pues, cuando te rascas puedes aliviar un picor pequeño, pero si el cuerpo responde al dolor del rascado con serotonina, esta respuesta puede intensificar a su vez el picor.

Desgraciadamente, este neurotransmisor está relacionado con muchas funciones críticas del organismo (como el crecimiento y el metabolismo de los huesos) así que un tratamiento con supresores de serotonina sería más dañino que beneficioso.

  1. Zhao, ZQ et al., «Descending control of itch transmission by the serotonergic system via 5-HT1A-facilitated GRP-GRPR signaling». Neuron, 84(4), 821–834(2014). DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.neuron.2014.10.003